Las Autopistas del Mar son un concepto de la política de transportes de la Unión Europea que pone de relieve la importancia del transporte marítimo. El objetivo principal de estas Autopistas del Mar es mejorar las comunicaciones portuarias con las regiones periféricas del continente europeo y reforzar así las redes entre los países candidatos a la UE y aquellos países que ya forman parte de la Unión Europea.
El concepto surgió en el Libro Blanco La política europea de transportes de cara a 2010: la hora de la verdad [1] de la Comisión Europea , que se adoptó en junio de 2001 en Gotemburgo como alternativa a las autopistas terrestres.
Las rutas seleccionadas para ser autopistas del mar deben ser capaces de mantener una serie de criterios de calidad, como frecuencia, costes puerto a puerto y simplicidad de las tareas administrativas. Las futuras rutas deben compensar la congestión que se produce, por ejemplo, al cruzar el Canal de la Mancha (como deberían hacer las redes de carreteras similares para las rutas que cruzan los Alpes o los Pirineos ). Uno de los efectos previstos de las autopistas del mar es el ahorro de energía , la reducción de la contaminación y una mayor capacidad de las redes de transporte terrestre europeas actuales.
La adopción del artículo 12 bis de la RTE-T [2] por parte del Consejo y del Parlamento Europeo proporcionó un marco jurídico para la financiación de las autopistas del mar, mientras que el artículo 13 del mismo Programa define las características de esta parte de la red RTE-T.
La CE ha designado cuatro áreas geográficas (ver mapa):