El arte hondureño es toda pieza artística producida o que se asemeja a los patrones culturales de la República de Honduras , que ha sido una faceta que ha existido con la presencia misma del ser humano en el territorio hondureño. [1] [2]
El arte hondureño actual es una mezcla de varios movimientos artísticos a lo largo de los siglos que mezcla elementos euro-occidentales e indígenas así como influencias de grupos afrocaribeños como los garífunas y muchas técnicas como el realismo, el surrealismo, el cubismo, la abstracción, etc.
La presencia más antigua de piezas artísticas que podemos localizar es con la llegada de migraciones de grupos humanos, cazadores y recolectores que arribaron al istmo a finales de la última glaciación . Algunas evidencias de la presencia más antigua de expresiones artísticas en Honduras que tenemos en suelo hondureño son la región de La Esperanza en el departamento de Intibucá, La Cueva del Gigante en La Paz y las Huellas de Juan. [3]
Con el paso de los siglos veremos el asentamiento de culturas sedentarias las cuales formarían los primeros centros poblacionales de Honduras. Estos centros además de estar dedicados a la agricultura, también se convertirían en centros culturales, dando forma a expresiones artísticas más complejas que en épocas pasadas, aquí podemos ver la formación de las primeras formas de alfarería , tallado y pintura, muchas de estas técnicas tenían fines tanto elogiosos como ornamentales. Las influencias culturales eventualmente llegan de otros lugares, cabe destacar la influencia olmeca en el periodo preclásico en suelo hondureño en cuanto al arte encontrado en vasijas como técnicas de construcción de centros urbanos.
A partir de aquí en Honduras se establecieron las dos grandes influencias culturales indígenas, la mesoamericana y la circuncaribeña . Cuando los centros urbanos empezaron a cobrar un papel muy importante en cuanto a rutas comerciales y a contar con una sociedad mejor organizada fue cuando los pueblos precolombinos de Honduras desarrollaron unas técnicas artísticas más sofisticadas y muy diversas de cerámica, escultura, pintura, muralismo, etc.
Los ejemplos más emblemáticos de este tipo de arte prehispánico hondureño se encuentran en las ruinas de ciudades mayas como Copán y El Puente , debido a su alto grado de restos de estelas, esculturas, tallados y adornos decorativos como el jade para su uso en joyería. En estas ciudades mayas se perfeccionaron las técnicas de pintura, que se caracterizaban por utilizar pigmentos con colores vivos. Algunas edificaciones mayas en Honduras aún tienen muestras y fragmentos del color que las pintaba en el pasado, y se sabe que pudo haber existido algún Códice en ciudades como Copán, pero hasta ahora, no se ha encontrado ni conservado ninguno.
Otro pueblo mesoamericano en Honduras que desarrolló un tipo de arte sofisticado fueron los Lencas ; varios museos cuentan con diversas piezas de cerámica policromada de este pueblo realizadas durante los periodos preclásico y clásico . Los otros pueblos indígenas como los Chorotegas , Pech , Tolupan y Tawakha desarrollaron sus propios estilos de cerámica y policromía, adaptándose a sus propios estilos y realidad cultural en territorio hondureño antes de la conquista española. La arquitectura destacó en gran medida gracias a que los pueblos prehispánicos utilizaban técnicas de construcción a base de piedra. Además de las ciudades mayas encontradas en Honduras, existen restos arqueológicos de otras culturas como los Lencas y los Pech, quienes también solían construir estructuras piramidales y plazas.
El arte colonial español en Honduras comenzó a desarrollarse una vez que se empezó a consolidar el proceso de conquistas y colonización del territorio, aunque para mediados del siglo XVI con la fundación de ciudades por parte de los conquistadores, se empezaron a construir iglesias que albergaban piezas artísticas católicas romanas . Cabe señalar que el arte colonial era principalmente religioso pero tenía elementos indígenas como resultado del sincretismo entre la cultura local y los elementos europeos de los colonizadores españoles. [4] [5]
El estilo artístico predominante fue el barroco producto de la Contrarreforma , el estilo artístico se puede encontrar en la mayoría de las pinturas de la época, además de piezas artísticas como los retablos de las catedrales e iglesias colocadas a lo largo del país. debido al sicretismo anteriormente mencionado Honduras estuvo dentro del estilo artístico llamado barroco novohispano que estuvo presente en todo el virreinato de la Nueva España el cual fue un derivado del barroco español con elementos americanos. [6]
El estilo barroco en la América colonial no sólo fue considerado una influencia de la metrópoli, sino que también tuvo un papel significativo en la conversión de los pueblos indígenas al cristianismo. La Iglesia Católica, junto con las autoridades coloniales, utilizaron el arte y la arquitectura barroca como una herramienta para atraer y evangelizar a las poblaciones indígenas de allí, pues el barroco hispanoamericano se caracteriza por esa mezcla de elementos.
Cuando el dominio español estaba en su apogeo, fue la época en que las ciudades hispanas comenzarían a florecer como centros culturales. Honduras no fue la excepción en el sentido de que en importantes ciudades de la región como Comayagua y Tegucigalpa , se pudo ver cómo había un florecimiento artístico y arquitectónico, ya que se dieron construcciones de diversas iglesias, monasterios y otras estructuras que le daban un carácter más pintoresco a las ciudades. En suelo hondureño se realizaron obras artísticas como retablos, estatuas y pinturas para decorar los templos religiosos. Varios artistas se formaron en la región y de esta manera se les transmitió el estilo artístico de sus maestros españoles.
Durante las últimas décadas del imperio español a finales del siglo XVIII y principios del XIX se percibieron las influencias de otros estilos artísticos como el rococó (producto de la influencia francesa ya que la dinastía borbónica comenzaría a reinar el imperio a partir del siglo XVIII) y el neoclásico , como estilo alternativo que buscaba reivindicar el estilo de las culturas grecorromanas en Europa que luego serían llevadas a las posesiones europeas en América. [7]
Después de la independencia, Honduras pasó por muchos cambios, pasando de ser una provincia del Primer Imperio Mexicano por un tiempo muy breve a formar parte de la Federación Centroamericana , para finalmente independizarse de ella en 1838. A partir de entonces, hubo un período de intento de consolidación como estado republicano, y en términos de sistema social y cultura, no fue muy diferente a lo que había sido en la época colonial. Sin embargo, con la llegada de la Reforma Liberal , Honduras vería un florecimiento artístico y literario gracias a su apertura al mundo.
Veríamos la llegada de técnicas artísticas provenientes de Europa occidental y Norteamérica al país y un creciente número de remodelaciones de espacios públicos que requerían nuevas estatuas y monumentos que honraran a héroes nacionales como el general Francisco Morazán . Este arte, más enfocado al nacionalismo , serviría para crear una identidad cultural para diferenciarse de otros países.
Durante la dictadura del General Tiburcio Carias Andino , se intentó crear una identidad hondureña basada en el rescate de elementos de la cultura maya pero enfatizando el carácter mestizo del país, como pueblo heredero de la antigua civilización maya y a su vez descendientes de los colonizadores españoles, la unión de sus mundos, este movimiento impulsado por las dictaduras se denominó la “Mayanización de Honduras”.
Con la llegada de los golpes de Estado y las juntas militares, comenzaron los movimientos artísticos reivindicativos. Los más conocidos serían las caricaturas que criticaban a los gobiernos del país durante la Guerra Fría , además de pinturas que rescataban el pasado indígena de Honduras así como a las clases trabajadoras y campesinas del país. Durante esta época llegaría el escultor más famoso de Honduras Mario Zamora Alcántara, quien estudiaría en México y crearía algunas de las obras monumentales más grandes del país como El llamado Cristo del Picacho .
Muchos pintores serían reconocidos en este periodo por representar al país de manera pictórica. Para principios del siglo XXI Honduras vería un auge artístico en los murales, muchos de ellos muy relacionados con la agitación política que se vivía en esa época, buscando resaltar el carácter social en ellos.
La música se ha desarrollado desde la época prehispánica, los antiguos mayas ya contaban con instrumentos musicales propios como los aerófonos y las ranas de barro de Yaxchilán. Durante la época colonial se recibieron nuevas influencias musicales y tras la independencia de Centroamérica se continuó el cultivo de la música en Honduras, se empezó a rescatar la música y los instrumentos tradicionales. En 1936 se fundó el Conservatorio Nacional de Música Francisco R. Díaz Zelaya (institución pública).
En 1984 se aprobó la incorporación del conservatorio nacional de música al sistema educativo nacional. Sus egresados obtuvieron el título de bachiller en música, donde se forma a los estudiantes en diversos instrumentos de cuerda como violín, viola, violonchelo, contrabajo, guitarra, piano, instrumentos de viento como flauta, oboe, clarinete, fagot, trompa, saxofón, trompeta, trombón, tuba, y también en instrumentos de percusión con clases teórico-prácticas. Entre las diversas agrupaciones y orquestas nacionales tenemos a la Orquesta Sinfónica Nacional, la Orquesta Sinfónica Juvenil, la banda de los supremos poderes y la marimba nacional “Alma de Honduras”.
A nivel internacional se destacó la agrupación musical: 'Banda Blanca'; con sus éxitos "Sopa de Caracol", "Fiesta", "Saben Quien Llegó", entre muchos otros. Aunque la agrupación produce ritmos de merengue, calipso y otros ritmos afroantillanos, su especialidad es el ritmo ' Punta ', que se popularizó en la década de 1990. Honduras tiene una cultura Rock muy arraigada que se manifestó gracias a la influencia estadounidense en el país que se remonta a los años 60 con el nacimiento de grupos como "Los Robbins", en años posteriores se sumaron al movimiento grupos como Diablos Negros, Delirium, Le Fou, La Pared, Café Guancasco, Horus etc.
Se podría decir que la llegada del cine se debió a la reforma liberal y al ingreso de varios extranjeros a Honduras, sin embargo, el verdadero cine hondureño inició con el cineasta Sami Kafati, quien estudió cinematografía en Roma en la década de 1960. Su primer trabajo cinematográfico fue la película experimental Mi Amigo Ángel, producida en 1962 y es la primera película de la cinematografía de Honduras.
Otras producciones nacionales son "No hay Tierra Sin Dueño" (1984-1996), largometraje de ficción de Sami Kafati. Actualmente se destacan los dramaturgos Hispano Durón Gómez, Mario Jaén, entre otros.
Algunas de las películas más recientes producidas en Honduras son:
El cine hondureño ha tenido un auge en la última década, el crecimiento de realizadores y el apoyo por parte de instituciones y empresas privadas a concursos ha motivado a jóvenes estudiantes de carreras afines a las comunicaciones a crear sus propios cortometrajes, cortometrajes documentales y documentales. El Festival Ícaro es el festival internacional de cine más importante de Centroamérica y el Caribe. Luego de once meses de discusión y su aprobación en el Congreso Nacional, la Ley de Cinematografía de Honduras entró en vigencia el 6 de diciembre de 2019, luego de ser publicada en el Diario Oficial La Gaceta.
La fotografía en Honduras comenzó a mediados del siglo XIX con la llegada de los daguerrotipos . Vale la pena señalar que existen fotografías de Honduras que datan de la década de 1850, siendo el primer héroe hondureño el sacerdote José Trinidad Reyes , quien mandó a hacer un daguerrotipo de manera póstuma. La llegada de extranjeros al país propició que se documentaran los cambios del país a lo largo de las décadas. Muchos de estos extranjeros eran norteamericanos que lograron llevar cámaras fotográficas consigo y pudieron ver cómo era el país en esa época, y gracias a esto la fortografía comenzaría a ganar reconocimiento y a ser tomada en cuenta como un arte más dentro de la cultura.
Uno de los primeros fotógrafos de Honduras fue Arnold Theodore Williams, nacido en Jamaica pero emigró a Honduras donde se casó dos veces, estando en las apis ya como residente este documento la vida de la costa hondureña en los años 20 desde el estilo de vida de la gente local hasta eventos históricos como guerras civiles. Otro de los fotógrafos más famosos de Honduras fue Juan Pablo Martell, quien documentó Honduras y su vida cotidiana en los años 1960 y 1970. [8]
Entre los pintores más influyentes de Honduras a través de los tiempos, encontramos:
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