Habitan en extensas madrigueras que cavan con sus dientes delanteros (similares a los de un roedor) y sus poderosas garras.
Aunque son animales principalmente crepusculares y nocturnos, los wómbats se aventuran también a buscar alimento en días fríos o nublados.
Poseen un metabolismo extraordinariamente lento: tardan alrededor de catorce días en completar la digestión, y no suelen moverse con rapidez.
En caso necesario, pueden fácilmente sobrepasar a un ser humano en carrera e invocar inmensas reservas de fuerza.
Tienen unas bolsas marsupiales bien evolucionadas, donde las crías viven seis o siete meses después de la gestación en el vientre materno.