Jamshid

El nombre Jamshid es originalmente un compuesto de dos partes, Jam y shid, que corresponden a los nombres de Avestan Yima y Xšaēta, derivados del proto-iraní Yamah Xšaitah.

También hay algunos paralelos funcionales entre Avestan Yima y Sánscrito Yama, por ejemplo, Yima era el hijo de Vivaŋhat, que a su vez corresponde al Védico Vivasvat, "el que brilla", una divinidad del Sol.

El nombre turco moderno Cem se deriva del persa Jam.

En el segundo capítulo de la Vendidad de la Avesta, el creador omnisciente Ahura Mazda le pide a Yima, un buen pastor, que reciba su ley y la lleve a los hombres.

Privaba a los daevas, que eran sirvientes demoníacos del malvado Ahriman, de riqueza, rebaños y reputación durante su reinado.

Los hombres buenos, sin embargo, vivían en abundancia y no estaban enfermos ni envejecidos.

La tierra se hincha y Yima gobierna durante otros seiscientos años antes de que el mismo problema ocurriera una vez más.

Yima crea el Vara aplastando la tierra con un sello de su pie y amasándolo en forma como un alfarero hace arcilla.

El sudreh y kushti del zoroastrismo también se atribuyen a Jamshid.

Sin embargo, Persépolis fue en realidad la capital de los reyes aqueménidas y fue destruido por Alejandro.

Del mismo modo, se creía que las tumbas esculpidas de los aqueménidas y sāsānianos cerca de Persépolis eran imágenes del legendario héroe Rostam, y así se llamaban Naqsh-e Rustam.

Jamshid huyó de su capital al otro lado del mundo, pero finalmente fue atrapado por Zahhāk y brutalmente asesinado.

El Rey Jamshid aparece prominentemente en un cuento apócrifo asociado con la historia del vino y su descubrimiento.

Después de beber el llamado veneno, la chica del harén descubrió que sus efectos eran agradables y su espíritu se levantó.

Ilustración persa que representa a Jamshid
Jamshid retratado en el Shahnamé de Shah Tahmasp
Tumba del poeta Ferdousí, con el Shahnamé escrito