La hipótesis o paradigma del Continuum de Parasitismo Mutualismo postula que las asociaciones compatibles huésped-simbionte pueden ocupar un amplio continuo de interacciones con diferentes resultados de aptitud para cada miembro.
En un extremo del continuo se encuentra el mutualismo obligado, en el que tanto el anfitrión como el simbionte se benefician de la interacción y dependen de ella para sobrevivir. En el otro extremo del continuo pueden darse interacciones altamente parasitarias, en las que un miembro obtiene un beneficio en términos de aptitud a expensas de la supervivencia del otro. Entre estos extremos son posibles muchos tipos diferentes de interacción. [1] [2]
El grado de cambio entre mutualismo o parasitismo varía dependiendo de la disponibilidad de recursos, donde hay estrés ambiental generado por pocos recursos se forman relaciones simbióticas mientras que en ambientes donde hay exceso de recursos las interacciones biológicas se tornan hacia la competencia y el parasitismo. [3]
Clásicamente, el modo de transmisión del simbionte también puede ser importante para predecir en qué punto del continuo mutualismo-parasitismo se situará una interacción. [4] Los simbiontes que se transmiten verticalmente (simbiontes heredados) ocupan con frecuencia el espacio de mutualismo en el continuo, esto se debe a los intereses reproductivos alineados entre el huésped y el simbionte que se generan bajo la transmisión vertical. En algunos sistemas, los aumentos en la contribución relativa de la transmisión horizontal pueden impulsar la selección para el parasitismo. [5]
Los estudios de esta hipótesis se han centrado en modelos huésped-simbionte de plantas y hongos, y también de animales y microbios.